"No hay árbol que el viento no haya sacudido".

martes, 25 de octubre de 2011

De Memoria



La Simpatía es un don natural que algunos tienen que les permite agradar y llegar a los demas.
Sin embargo esa Simpatía resulta inutil si no se la utiliza para abonar un terreno donde podamos sembrar otros valores.

Quienes se quedan solo con la belleza fisica y se escudan en la popularidad de su Simpatía con el tiempo se convierten en personas vacias porque desarrollan actitudes Egocentricas. Para que la Simpatía se convierta en una virtud capaz de crecer, florecer y dar sus frutos debe poder trascender las fronteras del yo ganando receptividad y convirtiéndose en Empatía.
La Empatia es una habilidad especial que nos permite conectarnos con otras personas y entender sus sentimientos sin necesidad de que ellos nos cuenten que es lo que les esta pasando .
Para desarrollar Empatia debemos ser capaces de ponernos en el lugar de la otra persona reconociendo su presencia a nuestro lado y escuchando hasta aquello que no nos dice.
La Empatia nos permite responder adecuadamente a las necesidades que tiene esa persona haciendo que se sienta muy bien al compartir sus sentimientos, ideas , gustos, etc.

lunes, 24 de octubre de 2011

Sopa de buenos amigos

Una buena sopa siempre se termina antes, 
y deja buen sabor de boca

Gracias  por compartir  buenos caldos  

La Pasión va por dentro by  MÔntse Cogul 
saludos





domingo, 9 de octubre de 2011

AMATISTA


Terapia con cristales
Una excelente forma para armonizar nuestra aura y sanarnos se logra a través del empleo de una técnica llamada cristaloterapia que consiste en utilizar los cristales para aumentar y transformar la energía que nos rodea. Entre las piedras más utilizadas en esta terapia tenemos la amatista cuyas propiedades purificadoras y equilibrantes no sólo calma la mente, sino que también puede acabar con el más fuerte resfriado.


Escoja un lugar cálido y tranquilo, asegúrese de que no lo vayan a interrumpir durante 20 ó 30 minutos. Túmbese en el suelo y relájase, para lograrlo puede utilizar una música suave. Tome ocho amatistas de casi el mismo tamaño y espárcelas alrededor del cuerpo. Si éstas estuvieran cortadas, póngalas de modo que las aristas estén hacia el interior con el fin de que la energía curativa se diriga hacia su cuerpo. Luego de vuelta de espaldas y relájese mientras las piedras restauren su aura.